51Recuerda, Señor, lo que nos ha pasado;
mira y fíjate en nuestras afrentas.
2Nuestra heredad ha pasado a los bárbaros;
nuestras casas, a extranjeros;
mira y fíjate en nuestras afrentas.
2Nuestra heredad ha pasado a los bárbaros;
nuestras casas, a extranjeros;
3hemos quedado huérfanos
de padre
y nuestras madres han
quedado viudas.
4Tenemos que comprar el agua que bebemos
y pagar la leña que nos llevamos.
4Tenemos que comprar el agua que bebemos
y pagar la leña que nos llevamos.
5Nos empujan con un yugo
al cuello,
nos fatigan sin darnos
descanso.
6Hemos pactado con Egipto y Asiria
6Hemos pactado con Egipto y Asiria
para saciamos de pan.
7Nuestros padres
pecaron, y ya no viven,
y nosotros cargamos con sus culpas.
8Unos esclavos nos han sometido
y nosotros cargamos con sus culpas.
8Unos esclavos nos han sometido
y nadie nos libra de
su poder.
9 Arriesgamos la vida
por el pan,
pues la espada amenaza
en descampado.
10Nuestra piel quema
como un horno,
torturada por el hambre.
torturada por el hambre.
11Violaron a las mujeres
en Sión
y a las doncellas en
los pueblos de Judá;
12con sus manos colgaron a los príncipes,
12con sus manos colgaron a los príncipes,
sin respetar a los ancianos;
13forzaron a los
jóvenes a mover el molino,
y los muchachos sucumbían
bajo cargas de leña.
14Los ancianos ya no se sientan a la puerta,
14Los ancianos ya no se sientan a la puerta,
los jóvenes ya no cantan;
15ha cesado el gozo
del corazón,
las danzas se han vuelto
duelo;
16se nos ha caído la
corona de la cabeza:
¡Ay de nosotros, que hemos pecado!
¡Ay de nosotros, que hemos pecado!
17Por eso está enfermo
nuestro corazón
y se nos nublan los ojos,
18porque el Monte
Sión está desolado
y los zorros se pasean
por él.
19pero tú, Señor, eres
rey por siempre,
tu trono dura de edad
en edad.
20¿Por qué te olvidas siempre de nosotros
20¿Por qué te olvidas siempre de nosotros
y nos tienes abandonados
por tanto tiempo?
2lSeñor, tráenos hacia ti para que volvamos,
renueva los tiempos pasados,
2lSeñor, tráenos hacia ti para que volvamos,
renueva los tiempos pasados,
22¿O es que ya nos has
rechazado,
que tu cólera no tiene
medida?
5 La última elegía, llamada
tradicionalmente "oración del profeta Jeremías"; se parece mucho a algunos
salmos, como el 44 y el 74. Reconocen el pecado, alegan argumentos para mover
al Señor y le encomiendan la solución.
5,1 Con el recuerdo
y la mirada de Dios comenzó la liberación del éxodo (Ex 3,7.16; 6,3-6). ¿No podrá
comenzar una nueva etapa semejante? "Afrenta": puede resumir toda la
esclavitud de Egipto (Jos 5,9) y sintetiza la nueva cautividad.
5,2 La heredad es la
tierra prometida; se ha cerrado una era del don divino: Dt 6,11 y Jos 24,13; Jr
32. Si la heredad ha pasado a manos extrañas, habrá quien la rescate: Jr 32.
5,3 Huérfanos y viudas
atraen la protección especial de Dios, según Sal 68,6.
5,4 El agua tiene
aquí un sentido concreto y material (cfr. Dt 2,6; 6,11), lo cual no excluye una
posible resonancia del valor simbólico.
5,5 Transportando
cargas, como antaño en Egipto (Ex 5), materializan el yugo extranjero.
5,6 La mención de
Asiria aquí se debe o a una cita de Jr 2,18, o es cifra para disimular el nombre
de Babilonia. El pacto ya no es para conseguir ayuda militar: cfr. Sal 105,16-18.
5,7 Conviene
recordar la polémica de Ezequiel 18 y el anuncio de Jr 31,29-30. La elegía confiesa
el pecado paterno y el propio (7.16), como el Sal 1 06,6 o Jr 14,20. La culpa paterna
se va acumulando hasta desbordar la posibilidad de perdón, la culpa propia la actualiza
y colma la medida. Véase Bar 3,4.
5,8 Invierte la
promesa de Dt 15,6; véase 1 Sm 17,8s.
5,9 O bien: "vendiéndonos
compramos el pan", o sea, pagamos el alimento con la libertad (Gn 47). Véanse
Jr 6,25 y Dt 28,48.
5,11-14 Se lee una
duplicación de "ancianos y jóvenes": quizá se deba al doble valor, de
edad y función: "senadores y soldados". Para ilustrar los grupos
pueden leerse algunos textos selectos: mujeres (Dt 28,30.32), príncipes (Dt 21,23
Y Jos 10,26), ancianos (Lv 19,32), jóvenes (Jue 16,21; Is 47,2), muchachos (Jos
9,27), concejales (Job 29,7), mozos (Jr 16,9; 25,10).
5,15 Puede aludir al
sábado trágico de 1,7. Véanse Jr 31,4.13; Sal 30,12.
5,16 La "corona":
de los comensales en un banquete (Is 28,1), del rey o jefe (Jr 13, 18); en
sentido metafórico puede describir la ciudad con su muralla almenada (Is 28,3; 62.3).
5,17 Cita de Is 1,5.
5,18 Se cumple lo
anunciado en Jr 9.10; véase también Ez 13,4.
5,19-22 Movimiento
alterno y unitario de súplica y pregunta; la última palabra del poema y del
libro son estos cuatro versos; el acorde final no es de desesperación, sino de súplica.
5,19 Cuando parece
que el trono de David yace derribado. se afirma el trono del Señor, como rey de
Israel y soberano de la historia. Compárese con Sal 72.5; 102.13.
5,20 Si el reinado
de Dios es perpetuo, no lo es la vida humana, los judíos sienten prisa. El que
Dios reine por siempre no ha de justificar que difiera la salvación de su pueblo:
véanse Jr 25.12 y Sal 12.1; 41,10; 74, 19.23.
5,21 El verbo shub-volver,
cambiar, convertirse- señalará el cambio de dirección en la historia. La
atracción del Señor producirá la conversión, la vuelta a él hará volver del destierro.
Es un verbo favorito de Jeremías en sus diversas acepciones:
3.1.7.10.12.14.22;
4.1; 5,3; 31.8.16.17.18.19.21-23. etc.
5,22 El tono
retórico se aclara comparando el verso con Jr 14.19; Jr 33.36; cfr. 31.37.
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